Puesto que algunas partículas de polvo pueden ser perjudiciales, las autoridades nacionales han establecido los denominados límites de exposición profesional (LEP). Estos valores son límites máximos que definen la concentración aceptable de polvo peligroso en el lugar de trabajo, tomando como base un promedio ponderado en el tiempo en una jornada laboral de 8 horas. Existen valores LEP para tipos de polvo específicos y en función de su peligro.
Por ejemplo, si trabajas con material que contenga sílice, lo más probable es que el polvo que se libera mientras se procesa el material (p. ej. mediante perforación, cincelado, serrado o trituración) contenga polvo de sílice cristalina respirable (SCR). Estas partículas pueden ser especialmente peligrosas, ya que pueden penetrar profundamente dentro del pulmón y alcanzar los alvéolos, donde una sobreexposición podría provocar daños severos. En el peor de los casos esto podría resultar en una enfermedad llamada silicosis, que actualmente es incurable.
Puesto que los efectos negativos del polvo sobre la salud pueden ser gravísimos, se establecen valores LEP para proteger a los trabajadores. Los valores LEP varían dentro de la Unión Europea. Algunos países han implantado normativas más estrictas, por lo que se recomienda siempre pedir información sobre estos límites a las autoridades locales.
¿Tienes una idea de lo que significan estos valores límite en la práctica? La verdad es que es una cantidad diminuta; como una pizca de sal.