En torno a un tercio de la perforación en obra implica perforar corrugados, esto supone unos dos tercios del tiempo de perforación real. Dependiendo de cómo se taladre el corrugado, este proceso podría llevar unos cuantos minutos más de lo que se tardaría en perforar un agujero en hormigón. Si la broca queda atrapada o se atasca, la única forma de continuar perforando es con gran tiempo y esfuerzo. El peligro de que se atasque una broca se incrementa mucho cuando se perforan agujeros de gran diámetro.
La pérdida de tiempo se puede alargar a varias horas durante una perforación en serie, creando un efecto dominó y retrasando el trabajo de la línea.